Desde Hungría, la esgrimista peruana María Luisa Doig se da un tiempo para contar su trayectoria deportiva que va hacia lo alto, además de su breve faceta como dentista.
Cuando era niña, el abuelo de María Luisa Doig la motivó a elegir un deporte para practicar, pero no solo por una temporada, sino una disciplina que la acompañase de por vida. Fue ahí cuando ella se enamoró a primera vista de la esgrima. Con más de dos décadas de carrera, la esgrimista peruana, quien fue abanderada en los Juegos Bolivarianos de Valledupar 2022, sigue cosechando logros, posicionándose como una de las mejores. En la actualidad tiene una meta clara: París 2024. A lo largo de estos años, desde que empezó en la esgrima, María Luisa ha trabajado duro y parejo para cumplir sus sueños, lo cual se refleja en su valioso medallero que recoge 51 preseas, la más reciente la de oro en Asunción 2022. Y no olvidemos su participación en los Juegos Olímpicos de Beijing y Tokio. Pero lo que no todos saben es que María Luisa también utilizó sus manos para otra materia a la que dedicó parte de su vida: la odontología.
Espadas y bisturíes
En el 2015, María Luisa culminó su carrera de odontología, cuando se encontraba en lo mejor de su carrera deportiva, y dos años después decidió hacer su SERUMS. Sin embargo, al culminar su servicio debía tomar una decisión. ”Estuve en Apurímac y Moyobamba, pero cuando volví me di cuenta de que me faltaba el deporte, porque por más que trataba de participar, no tenía el mismo ritmo”, revela la deportista. En ese momento, se dijo que si quería volver al alto rendimiento, debía dedicar más tiempo al deporte que le apasiona.
Así que las consultas médicas se redujeron a fines de semana, pero ella sabía que debía darlo todo, así que habló con su familia y, para su suerte, la pandemia permitió que se dedicase al 100 % a la esgrima hasta la actualidad. “No me arrepiento de haber tomado esta decisión porque lo disfruto”, comenta con alegría. María Luisa es consciente de que tiene mucho potencial y lo explotará al máximo para conseguir la ansiada clasificación a los Juegos Olímpicos de París 2024, aunque el camino recién empieza.
En guardia, lista, ¡París!
Para llegar al punto final de este “gran sueño”, como ella misma se refiere a París 2024, María Luisa entrena con mucha dedicación, y es por ello que hasta abril de este año se quedará en Hungría para comenzar su camino a los Juegos Olímpicos.
“Hay ciertos eventos que dan puntajes acumulativos para poder llegar bien al inicio de esta clasificación hacia los juegos de París, y en los que voy a participar: el Grand Prix de Doha, la Copa del Mundo en Barcelona y el Grand Prix Budapest, en Hungría. Además, volveré a Perú por un mes, luego iré a Colombia para el Grand Prix en Cali”, señala con mucho entusiasmo nuestra esgrimista.
María Luisa reitera que para llegar en óptimas condiciones a su gran sueño necesita el apoyo no solo de instituciones oficiales, sino también de la empresa privada, porque para ella es crucial clasificar sin tener que pasar por el preolímpico, lo cual vivió para alcanzar el cupo a Tokio 2020. María Luisa culmina la entrevista con la mejor energía, enfocada en su sueño y con todo el optimismo para empezar con pie derecho su circuito hacia París. Pero tampoco se cierra a lo que en adelante se presente en su camino y asegura que “por ahora tengo dos herramientas para enfrentar el destino: el deporte y mi carrera, y sé que lo que elija me hará feliz”.