¿Cuál es el poder de una raqueta y una pelota? Conoce la historia de Impactando vidas, programa que busca masificar la práctica del tenis de mesa en el Perú, y transformar las vidas de miles de niñas, niños y adolescentes.
Una tarde mirando el sunset desde la playa, Mónica Liyau decidió que dedicaría su vida a ayudar. Corría el verano de 2015. Acababa de superar un cáncer, por lo que entendió que no podía seguir siendo la misma. “La vida es corta”, recuerda haber pensado durante esas horas de reflexión. Entonces se propuso ayudar a otras personas a transformar sus vidas a través del deporte. El ping pong, su gran pasión, sería la disciplina elegida.
Un año después, en abril de 2016, Mónica fundaría junto a un equipo multidisciplinario de profesionales, la Asociación Mónica Liyau. El primer programa de la asociación fue Impactando vidas, creado para transformar vidas a través de la práctica masiva e inclusiva del tenis de mesa en colegios nacionales y áreas públicas en desuso. “Empezamos tocando puertas a empresas privadas, la primera que nos apoyó fue el Grupo AJE. En noviembre de ese año inauguramos nuestra primera sede en Lima, y desde ahí no nos paró nadie”, cuenta la destacada ex tenismesista nacional y olímpica en Seúl 88.
Desde entonces, Impactando vidas se ha desarrollado en 150 colegios públicos en 12 regiones del Perú, beneficiando a más de 150 mil niñas, niños y adolescentes. Siempre bajo el enfoque de Deporte para el Desarrollo. Además de las clases a escolares, el programa contempla la instalación de mesas de concreto de ping pong, entrega de material deportivo, así como capacitación a docentes. Gracias a un convenio de cooperación con el Ministerio de Educación, el programa forma parte de la currícula nacional de educación física.
Mónica cuenta que se eligió el tenis de mesa por los múltiples beneficios que su práctica genera en la infancia. Y es que diversos estudios han demostrado que este deporte no solo contribuye al desarrollo físico y motriz de los niños, sino que les ayuda a promover habilidades blandas: conocerse mejor, elevar su autoestima y ser más resilientes. Asimismo, influye en el proceso educativo pues desarrolla la atención, concentración, comprensión lectora y razonamiento matemático.
“En Impactando Vidas no solo enseñamos a jugar tenis de mesa, sino que queremos empoderar a los niños a nivel emocional, social y educativo. Promovemos valores como el sentido de servicio, autodisciplina, responsabilidad y pasión por este deporte”, asegura Mónica.
¿Ping pong o tenis de mesa?
Aunque en esencia son el mismo juego, el ping pong es la práctica recreativa del tenis de mesa, deporte que sí es profesional y olímpico.Pasión desde la escuela
Dos apasionados tenismesistas son los hermanos Francisco y Elio Medina (11), quienes este viernes han venido a entrenar al colegio Víctor Andrés Belaúnde, en La Victoria. Este es uno de los siete colegios públicos en los que Impactando vidas ha implementado centros de captación de talentos.
A diferencia de la práctica recreativa del ping pong, realizada en mesas de concreto construidas en los patios escolares, aquí los niños y niñas seleccionados por sus habilidades para el tenis de mesa entrenan para potenciar su talento. Cuatro imponentes mesas oficiales destacan en el ambiente. En las paredes, pintadas de blanco y verde, están escritos los ocho valores que promueve el programa: autodisciplina, pasión, compromiso social, excelencia, honestidad, igualdad, superación y trabajo en equipo.
Francisco cuenta que lo que más le gusta del programa es hacer amigos. Elio aún recuerda el torneo internacional que jugó en el Club Regatas, donde ocupó el tercer puesto. “Fue increíble -cuenta- Tienen juegos, piscina ¡y playa!”. Ambos llegaron a Impactando vidas hace un año, luego que un profesor visitara su colegio en Santa Anita para promover el tenis de mesa. Les encantó y les pidieron a sus padres que los inscriban.
Su mamá, Marilú Pineda, cuenta que desde entonces sus hijos han cambiado su rutina. “Salen del colegio a la una de la tarde, almuerzan y vienen aquí a practicar los lunes, miércoles y viernes. Los martes y jueves entrenan en el colegio Guadalupe (otra sede del programa)”. Nos dice que cambiaron el fútbol por el ping pong y que ahora son más responsables. “Y han mejorado sus notas”, asegura mientras los observa jugar.
Sueños que transforman
Además de fundamentos técnicos, las clases comprenden talleres de psicología, en los que niños y niñas aprenden sobre valores, manejo de emociones y solución de problemas; y charlas de nutrición, dirigidas a promover una alimentación saludable. De hecho, una de las características de Impactando vidas es realizar contantes mediciones a nivel emocional, cognitivo y nutricional.
Cerca de la mesa donde niños y niñas juegan a la ruleta de las emociones, Lesly Mitma (14) se prepara para una partida. Mónica Liyau, quien hoy visita esta escuela, coge una raqueta y le da indicaciones a ella y a otros siete niños. Lesly lleva un año en Impactando vidas. Estudia en un colegio de Villa María del Triunfo. Cuenta que lo que más le gusta es la sana convivencia entre todos.
“Cuando llegué me sorprendió ver a niños pequeños jugando tan bien. Era un nivel tan alto que no sabía si yo llegaría a jugar así”, recuerda Lesly. Pero lo logró. Ella ganó una de las 12 becas deportivas sociales que le permitió viajar a España en febrero de este año. Junto a escolares de diversas regiones del país, entrenaron y socializaron durante tres semanas en clubes y centros de formación de alto rendimiento de tenis de mesa en Madrid, Málaga, Granada y Zaragoza. “Fue una experiencia muy bonita”, señala Lesly, quien sueña con ser ingeniera de sistemas y una gran deportista.
Las becas deportivas, posibles gracias al apoyo de diversas empresas, reconocen no solo el mérito deportivo, sino los logros académicos y de conducta de los menores. La de España es la tercera beca otorgada por la asociación. En 2019, nueve niños viajaron a Brasil. En 2020, fueron doce niños quienes viajaron a Argentina. Cada viaje ofrece a los pequeños una experiencia intercultural que va más allá del deporte. Es una experiencia significativa en sus vidas. Instruirse, cultivarse, empoderarse.
“Alrededor de una mesa de ping pong suceden cambios maravillosos”, asegura entusiasmada Mónica Liyau. Sueña con llevar su programa a todo el Perú y darle al país un campeón panamericano. Y está convencida que practicar deporte desde la infancia sirve para todo. “El deporte te ayuda a ser creativo, estratega, disciplinado, paciente, empático, valiente… ¡Todos los valores y habilidades que necesitas para salir adelante en la vida!”, nos dice.
Cómo no creerle. El deporte cambió su vida para siempre. Y empieza a cambiar miles de vidas más.
CIFRAS QUE IMPACTAN
- 12 regiones: Ica, Lima, Huancavelica, Callao, Lambayeque, Ayacucho, Puno, Cusco, Junín, Piura, Cajamarca y Ancash.
- 7 centros de captación de talentos en tenis de mesa en Chincha, Cañete, Huancavelica (2), Lima (2) y Piura.
- 400 mesas de concreto construidas en colegios a nivel nacional.
- 7,500 raquetas y 10,000 pelotas entregadas.
- Este año recibió el Certificado Internacional CAF (Charities Aid Foundation), que la reconoce como “organización estructurada y operada como entidad sin fines de lucro”.
OTRAS LÍNEAS DE ACCIÓN
- Pimponeando ideas: clases de ping pong dirigidas a mejorar el clima laboral en empresas.
- Abrazando sueños: entrenamiento para escolares de colegios particulares.
- Ping pong barrio: escuelas municipales dirigidas a personas de cualquier edad.
- Envejecimiento activo: ping pong para personas de la tercera edad en asilos de Lima.