“Yo corro por salud y para relajarme”, cuenta Rosenda Castro, ama de casa apurimeña de 48 años y radicada en Lima hace 30. Empezó a correr después de la pandemia. Ese fue su escape a las dificultades. Se unió al Grupo Villa Runners y en setiembre de este año ganó la primera carrera 10K del Festilegado, evento recreativo y deportivo familiar organizado por LEGADO.
Lo más curioso: Rosenda corrió usando ojotas. “Corrí con ojotas para revalorar nuestra cultura”. Cuenta que ha llegado a dominarlas y que con zapatillas no se sentiría cómoda. “Además, las ojotas son más baratas”.
Y aunque en octubre volvió a ganar -Lima Corre 5K categoría Máster-. Rosenda dice que no es atleta profesional y que recién está aprendiendo. Le gustaría competir en otro país, pero no se obsesiona con eso. “Correr me está salvando la vida”, asegura. Sí, su principal carrera ya la ganó.