Visitamos el Club Hípico Peruano, lugar en el que mujeres, hombres y caballos se convierten en un solo ser para realizar impresionantes proezas.
Fundado en 1936, el Club Hípico Peruano mantiene su tradición en la instrucción y promoción del deporte ecuestre, pero también se adapta a la evolución de esta disciplina.
Al ingresar a sus instalaciones, es imposible no admirar la infraestructura y, por su – puesto, la variedad de caballos cuya sola presencia impone fuerza y elegancia. El paisaje lo completan los jinetes y amazonas que llegan a entrenar en las escuelas del club con el fin de mejorar piruetas, movimientos y saltos para lograr el binomio perfecto entre el ser humano y el caballo. Para alcanzar esta sincronía, el club cuenta con escuelas integradas por profesionales que comparten sus conocimientos, pro – mueven esta disciplina, forman a futuros talentos y suman más socios que puedan disfrutar de los espacios y servicios que ofrece este emblemático lugar.
FORMACIÓN Y TRADICIÓN
Hace casi 30 años, Rosario Rizo-Patrón Recavarren, conocida como Charo, asumió con mucha responsabilidad la enseñanza de la primera escuela del Club Hípico Peruano. En aquel entonces se le encomendaron tres objetivos: “Que la escuela dé movimiento al club, que no sea una carga y que capte socios”. Con el paso del tiempo, Charo se ha preparado con cursos de coaching, armado de pistas y profesorados que han hecho evolucionar su enseñanza.
Esta escuela, que es la más antigua del club, enseña los conocimientos básicos y cuenta con un promedio de 53 alumnos y 19 caballos “maestros”, como enfatiza Charo, para alumnos de diversos niveles. Gracias al cuidado del picadero, las clases se desarrollan sin ninguna dificultad. “El club nos ha proporcionado una buena infraestructura. Tienen una división para los más pequeños, para saltos, siempre cuidando la integridad de los alumnos”, señala Charo.
Este simbólico espacio ha sido testigo de los inicios de destacadas amazonas que nos han representado en competencias nacionales e internacionales. Algunas de las que pasaron por la instrucción de Charo son Vania Diez Canseco, Carmen Loli, Miranda Orrego y Micaela del Risco.
Un factor adicional de esta escuela es su aporte al aumento de socios en el club, quienes pueden disfrutar del resto de las instalaciones. Tamara Jorquiera, alumna de Charo, comenta que, gracias a las facilidades que le otorgó el club por ser parte de la escuela, se volvió socia.
Historia, tradición y evolución son los elementos que componen a esta escuela, que continúa cumpliendo sus pilares y fortaleciendo el deporte ecuestre.
PERFECCIONANDO LA BASE:
Desde hace casi cinco años en el Club Hí – pico Peruano, Juan Carlos Hernaiz es profesor de adiestramiento y salto, pero se especializa en adiestramiento de doma clásica. En sus palabras: “El adiestramiento es una disciplina dentro de la equitación que es la principal para tener a tu caballo en forma y en orden; también es milimetrado y debes tener un control mental y físico muy especial”.
Hernaiz ha entrenado a casi todos los caballos de los socios, que confían en su expertise para mejorar su nivel y tener un óptimo equilibrio. A comparación de las rutinas de salto, en el adiestramiento los entrenamientos dependen de los objetivos a cumplir, el caballo y el jinete. En esta disciplina, el caballo pareciera llevar a cabo una elegante danza con piruetas y movimientos en un cuadrilátero cerrado, que refleja el dominio y seguridad del jinete o amazona que lo monta.
Juan Carlos imparte sus clases con la misma exigencia que lo hace cuando entrena a baluartes nacionales que nos han representado en Lima 2019 y lo harán en Odesur 2022, en un picadero más grande del club, cuyo amplio espacio e infraestructura permiten a los caballos trabajar con fluidez y desplazarse con facilidad.
NUEVOS ESPACIOS:
La alta demanda de estudiantes que desean aprender el deporte ecuestre ha llevado a que nazca una nueva escuela en el Club Hípico Peruano. Se trata de “El encuentro”, un espacio que promueve esta disciplina en grandes y chicos, pero que también tiene como objetivo convertirse en semillero de nuevos talentos.
La escuela nació de la sociedad entre Malena Mercado y Alejandro “Kala” Núñez, ambos diestros jinetes, que a pocos días de haber comenzado sus clases, ya tienen visionado llevar a cabo distintas actividades lúdicas, como campamentos y gymkanas, en las que niñas, niños y adultos formen vínculos con los caballos y fortalezcan su seguridad.
Esta escuela inició sus actividades el 1 de septiembre de 2022 con 12 alumnos listos para dar sus primeros pasos en la equitación y adiestramiento. Además, cuenta con buenos caballos para la enseñanza y sumará más en un corto plazo.
Según la experiencia de Malena Mercado, “este deporte no solo ejercita músculos, sino también facilita que chicas y chicos ganen confianza”. Asimismo, para esta escuela se debe tener mucha tranquilidad al momento de montar, pues tanto jinete y animal deben sentirse seguros para llevar un paso uniforme y seguro.
SALUD Y CABALLOS
La escuela nació de la sociedad entre Malena Mercado y Alejandro “Kala” Núñez, ambos diestros jinetes, que a pocos días de haber comenzado sus clases, ya tienen visionado llevar a La conexión con los caballos no solo permite buenos resultados en competencias, también es una ayuda en el desarrollo personal y social de personas con autismo, síndrome de Down, con problemas psicomotores, entre otros.
Este postulado lo tiene muy claro Pierinna Barros en su escuela de equinoterapia y equitación, quien considera a los caballos como ídolos, pues son seres cuya naturaleza les permite adaptarse a las necesidades de sus alumnos.
Con formación en Ciencias Equinas, en Estados Unidos, Pierinna se llevó una grata sorpresa al descubrir que la equinoterapia ayudaba a las personas y no a los caballos, como pensó en un principio. Para llevar equinoterapia no es necesario tener un diagnóstico. Según Pierinna, a veces llegan chicos por temores, timidez, problemas de conducta y reciben la ayuda necesaria.
Los caballos para equinoterapia tienen una preparación distinta de los que practican salto o adiestramiento. Con la ayuda de premios, Pierinna entrena a cada uno para que soporten posibles reacciones involuntarias de los alumnos
Pero ella no está sola en esta tarea; junto con una psicóloga y equinoterapeuta trabajan distintas rutinas, ejercicios, recorridos internos y, si lo amerita, en la playa, para exponer a sus estudiantes a diversos ambientes. Asimismo, toma en cuenta la condición física de cada alumno, pues no todos pueden subirse a un caballo. Sin embargo, eso no impide que exista contacto con estos animales, que dejan fluir su ser con el de chicas y chicos, quienes encuentran en ellos a compañeros ideales para su bienestar físico y mental.
Este 2022, el Club Hípico Peruano cumple 86 años y recibirá su aniversario de la mejor manera: con dos nuevas canchas de sílice, que serán hechas con materiales traídos de Europa y arenilla del Perú. Se espera que estén listas para mediados de octubre. Con este importante logro se convertirá en el primer club privado del país en contar con estas pistas que favorecerán los entrenamientos y la formación de jinetes y amazonas que, a grandes saltos, posicionen al Perú entre los mejores del mundo en el deporte ecuestre.
A PASO DE CAMPEÓN
El club ha sido testigo de las hazañas de reconocidos jinetes. Uno de ellos es Alonso Valdez, actual campeón nacional de salto ecuestre, que representa al Perú en las más prestigiosas competencias internacionales.
Valdez ha participado en Juegos Panamericanos y en los Juegos Olímpicos de Río 2016, siendo la primera vez que nuestro país se hace presente en esta disciplina en un evento deportivo de tal magnitud.
El trabajo de Alonso es riguroso y lo hace bajo la guía de su entrenador Jeroen Dubbeldam —experimentado jinete neerlandés, medallista olímpico y campeón mundial de salto ecuestre— quien lo acompaña desde hace más de ocho años.
Sus entrenamientos se llevan a cabo en Holanda, pero también en Perú, en el Club Hípico Peruano, donde es socio. Allí practica desde hace muchos años y se siente más que cómodo con todos los servicios que ofrece el recinto. “Es un club donde se priorizan las facilidades y ayuda al socio. Siempre hay una gran disposición a favor del deporte, socio y caballo”, comenta Valdez.
Otro punto que destaca el jinete nacional son las nuevas canchas de sílice que, para él, son un avance fantástico. “La pista de sílice absorbe mucho mejor el impacto de la caída; además, mejora no solo el desempeño del deporte, también disminuye las lesiones en los caballos”. Valdez continúa preparándose para la ansiada clasificación a París 2024 y para una gira en Europa antes de fin de año. Luego, se organizará para participar en el concurso por el aniversario del Club Hípico Peruano en noviembre de este año.