Creado para personas con discapacidad visual, el goalball es un paradeporte de alta competencia que amerita mucha rapidez y precisión. Conozcamos más sobre esta disciplina de la mano de nuestra selección nacional femenina, que se supera cada día para lograr ascender en el ranking y ampliar la base de jugadoras invidentes en el Perú.
Escribe: Gabriela Sandoval
Fotos: Photosports Santiago 2023
El sonido de los cascabeles guía a las jugadoras para identificar el curso del balón que se lanza con las manos hasta conquistar la portería contraria. Los sentidos se agudizan para captar rápidamente los movimientos de la pelota. La audición se entrena para que cualquiera de las seis jugadoras, tres por cada equipo, anote y defienda el arco propio, mientras que el tacto se convierte en el mejor aliado para orientarse en el espacio reconociendo las líneas de campo marcadas en relieve en la cancha. Se trata de un partido que se observa en silencio para permitir la concentración al máximo de las deportistas.
El goalball debutó en los Juegos Paralímpicos a manera de exhibición en 1976, en Toronto, Canadá. En la siguiente edición, en 1980, en Arnhem, Países Bajos, ingresó oficialmente como disciplina para la categoría masculina. En el caso del goalball femenino, no fue hasta en 1984, en Stoke Mandeville, New York, que fue considerado en el máximo evento deportivo para atletas con discapacidades físicas. En el Perú, el origen de su práctica se remonta entre diez y ocho años atrás como método de rehabilitación –en el mundo ya se aplicaba desde mediados del siglo pasado–, pero recién hace seis como deporte de alto rendimiento.
Jeanette Canahuire, directora técnica de nuestra selección nacional femenina de goalball desde el 2021, destaca el avance que ha logrado el equipo sobre todo a nivel de crecimiento deportivo de las jugadoras, al enfrentarse a combinados muy difíciles como Estados Unidos, Canadá o Brasil. Ello refuerza su confianza en que existen muchas oportunidades a futuro en esta disciplina, que aún no alcanza la difusión que necesitaría para amplificar su práctica y más mujeres con discapacidad visual puedan animarse a practicarla sin temores.
Santiago 2023
En noviembre de este año la selección femenina de goalball participó de los Juegos Parapanamericanos Santiago 2023 y, aunque no se logró una buena ubicación, ello no significó un desaliento para las peruanas, ya que permitió al equipo, que tiene en su haber dos medallas de bronce en los Sudamericanos de Goalball del 2017 y 2019, medirse con países muy competitivos y de alto potencial. Desde la Copa América, en el 2017, el equipo femenino de goalball se ha venido preparando en la parte técnica y táctica del juego a la par de la preparación física para alcanzar el nivel de otros países.
El goalball es mucho más rápido que otros paradeportes y requiere de mucha comunicación entre los miembros del equipo para lograr movimientos contundentes y anotar en la portería contraria, que, a diferencia del fútbol tradicional, mide nueve metros de ancho.
Requiere también de un entrenamiento de fuerza para desarrollar resistencia, agilidad y explosividad al momento de lanzar el balón –que pesa 1.250 kilogramos– tipo bolo, giro o entre las piernas. Para igualar la discapacidad visual de las deportistas ellas deben utilizar un antifaz oscuro, de tal manera que puedan jugar en las mismas condiciones.
“Queremos seguir creciendo en el ranking para poder situarnos dentro de los 20 mejores equipos del mundo. Actualmente estamos en el 27. Seguir participando en torneos internacionales nos permitirá mejorar nuestro performance”, manifiesta la DT, quien espera también a mediano plazo ver a más chicas jugando al goalball a nivel nacional, demostrando que los únicos límites que existen son aquellos que nos formamos en nuestras mentes cuando optamos por no intentar.