Foto: Germán Falcón – LEGADO
A sus 42 años, Piccolo Clemente sigue siendo nuestro más grande referente en longboard. Hace un mes logró, una vez más, el título panamericano. El surfista nacional no piensa en el retiro, al contrario: se mentaliza para los próximos Juegos Panamericanos en Lima, donde buscará el tricampeonato. Y, si incluyen su modalidad, también los Juegos Olímpicos Los Ángeles 2028.
En 2021, la arquería llegó a la vida de Marco Huaytalla como un hobby; primero probó con distancias de 10, 20 y 30 metros con arcos de iniciación durante un año y medio. Pero en 2022 consiguió un arco de gama alta y lo puso a prueba en competencias de distancias oficiales. Desde ese momento, este deporte lo acompañaría y le daría una de las noticias que más esperaba: clasificar a Santiago 2023.
A pesar de recién iniciar en la para arquería, el físico y resistencia de Marco no eran los de un amateur, pues ya había practicado otros deportes en el club Paramás, entre ellos, el vóley sentado. Gracias a este antecedente, le fue fácil coger el ritmo y tener una buena puntería.
Escribe: Alexandra Salgado
Piccolo, por un momento, dejó de hacer sus actividades cotidianas para realizar esta entrevista. Contó que estaba cocinando. Asegura que tiene buena sazón, porque aparte de ser surfista -cuatro veces campeón mundial y un sin números de títulos internacionales- estudió cocina y bar. Hace un mes, fue campeón panamericano de longboard en los Juegos Panamericanos de Surfing Games 2024, disputados en Punta Rocas.
Francamente, la primera pregunta que se vino a la cabeza fue ¿Piccolo, cuántos títulos Panamericanos tienes? Obviamente, incluyendo este último que logró en Punta Rocas. Y él contesto: “En la página de los Panamericanos sale que son cinco, pero yo conté seis. En total son siete, más los dos Juegos Panamericanos (Lima 2019 y Santiago 2023)”.
Tras superar una lesión en el tobillo que lo alejó de varias competencias, el tablista de 42 años regresó más fuerte que un ave fénix y el fruto fue ser campeón panamericano. “A principios de febrero me fui a correr a Uruguay para clasificar a la WSL, pero comenzamos a jugar fútbol en la playa con mi hijo y unos amigos, y me metí una doblada de tobillo terrible. Corrí todo el evento así, no llegué a la final porque estaba mal”.
PIccolo cuenta que le fue mal en los Latinoamericanos que disputó. “Me caía, yo no entendía por qué. Igual estaba con, pastillas, vendado, todo”. Cuando llegaron los Nacionales pensaba no correr. Se hizo ver el tobillo. “Tenía el tobillo terrible, no tenía estabilidad. Por eso es que me caía y no entendía por qué. Tenía dolor, hasta ahora me sigue doliendo, pero ya estoy casi recuperado. Dije “No, tengo que parar por lo menos un mes sin correr, enfocarme porque vienen los Panamericanos”, recuerda.
“Comencé a hacer un trabajo con fisioterapia, con doctores, piscina, gimnasio, un proceso largo que ya lo he hecho varias veces porque he tenido algunas lesiones también. He tenido que parar. Pero eso me ayudó mucho a ir pensando, enfocarme en ciertas cosas, en ciertos objetivos, e ir pensando en qué circuito correr”, cuenta.
Decidió no correr el Tour Mundial de WCL, que ya había ganado dos veces. “No me iba a servir estar viajando tanto si tengo los Panamericanos, que es lo que realmente me sirve”. Llegó el campeonato y en su primer hit dejé en combo a todos. “Sumé casi 20. Fue casi 18 puntos y tanto. Claro, comenzar así me encanta. Entonces dije: “Bueno, estoy más que preparado para ganar. Si no gano, algo va a tener que pasar, pero tengo que ganar de todas maneras. Y se dio, así fue”.
No es suficiente
Para el deportista peruano llegar a la cúspide de una carrera deportiva llena de logros, el camino siempre ha sido duro. Este fue el caso de Piccolo, que con perseverancia y disciplina, logró tener el apoyo del Estado y de la empresa privada. “Hay gente que dice que el surfista tiene plata y la familia acomodada y todo. Pero no es así, en realidad. Yo he tenido que pasar por muchas cosas. He tenido que trabajar en un bar, he tenido que trabajar en una empresa de telefonía, he tenido que hacer muchas cosas para poder solventarme viajes y todo, pero cuando fui campeón del mundo, se me abrieron las puertas. Quizás pude haber sido antes campeón del mundo y no pasar por tanto para llegar a hacerlo, pero creo que eso también me ayudó a valorar mucho más las cosas y a ponerme las pilas”, comenta.
Pero en realidad ¿solo hace falta el apoyo de la empresa privada? “De la empresa privada y bastante también por parte de la prensa. De que nos sigan, no solo al surf, sino a todos los deportes. Un poco más de exposición, eso nos ayuda a tener auspiciadores, que nos digan los campeonatos, que nos mencionen un poco más en las radios, en la televisión, no solo esperar un campeonato grande o salir campeón del mundo, sino tratar de invitarlos también a los nacionales, a los semilleros. Eso ayuda al crecimiento de todos. También, diversificar un poco más el tema del deporte en la televisión y en la radio, que no sean solamente algunos deportes, sino todos los que existen en Perú, que son un montón”, detalla.

Para el deporte no hay edad
Piccolo tiene 42 años y afirma que seguirá en competencia. Ya se proyecta a lo que serán los Juegos Panamericanos de Lima 2027, y por qué no, los futuros Juegos Olímpicos Los Ángeles 2028, donde puede lograr el único título que le falta. “Voy a dejar de correr una fecha de Tour Mundial para entrenar y estar al doscientos por ciento para el 2027. Obviamente quiero ganar mi tercera medalla de todas maneras, cueste lo que cueste”, indica muy motivado.
“El longboard está con un pie adentro y un pie afuera en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles. Así que espero. Ojalá que sí”.
Para él la palabra retiro está muy lejos. Las metas son muchas, hay energía, nivel y muchas ganas. “Así fui con ese objetivo en 2019, a los Panamericanos de Chile (2023), y así voy a llegar quizás más al 2027. Y si es que está los Juegos Olímpicos, olvídate. Todo el mundo me dice “Pero vas a tener 40 y tantos. Claro, tengo 42 ahorita y tengo más físico que muchos jóvenes, así que para mí eso es lo de menos y no me importa. O sea, pueden decirme que llegaré con 46, que llegaré con 50 o con 60, pero llego”.
“El día que yo dé un paso al costado y me ponga de entrenador de los chicos, es cuando alguien me quita el cupo. Yo no me voy a ir si es que me dicen “Oye, hay que darle la oportunidad”. No, que la gane. Tienes que ir, tienes que sacrificarte, así como me costó, que cueste, que les cueste a todos”, indica.
El mar se parece mucho a Piccolo. Por ambos no pasan los años, siguen vitales y llenos de energía. El multicampeón mundial y panamericano seguirá remando hasta seguir alcanzando sus metas. Él se va con todo.
Piccolo x 2
- “Hay muchos nuevos talentos en tabla corta, en bodyboard, en stand-up padel, en longboard. Yo creo que se viene haciendo un buen trabajo con el IPD, aunque creo que podríamos empujar un poco más el coche. Igual, las federaciones también están haciendo su trabajo, pero creo que falta un poco más”.
- “Siempre tenemos algún karateka, algún skater, algún bmx, algún surfista que está dando noticia. Pero pocos se enteran porque no todo el mundo lo sigue, no toda la prensa lo sigue y es un pequeño porcentaje. No saben las historias, eso es lo que yo siempre digo”.
Una vida en el mar
- Su nombre es Benoit Clemente. Le pusieron Piccolo porque ese es el nombre del restaurante que sus padres montaron en Huanchaco, donde creció.
- Desde los siete años Piccolo comenzó a correr tabla. Primero en tabla corta y a los 20 años, longboard.
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