Después de cinco años, Nicolás Fuchs regresó a las competencias y logró su tercer título en el rally más emblemático de nuestro país. Junto a su copiloto Fernando Mussano participaron de esta carrera atravesando un gran dolor: la pérdida de su mejor amigo. El piloto nacional también habla de sus facetas como padre y empresario.
Escribe: Alexandra Salgado
Fotos: Jonathan Díaz
La última vez que Nicolás Fuchs logró ganar el Gran Premio Caminos del Inca fue en el 2012. Once años después, el piloto peruano sumó su tercer título, junto a su entrañable amigo y copiloto, el argentino Fernando Mussano. Esta es la misma dupla que logró el campeonato mundial de autos de producción, aquella vez en el año 2013.
“Antes no podía correr Caminos del Inca por un tema de la Federación y de la FIA. Este año se logró hacer un acuerdo entre ellos dos para poder correr. Si bien fue rápida la decisión de nosotros correr, por tiempos y reglamentos, fue un gran trabajo logístico traer estos autos desde Europa y lograr la carrera”, explica Nicolás.
La clave del éxito de esta edición fue el buen trabajo en equipo y la experiencia del ex campeón mundial en carros de producción. “Es una carrera con mucha cabeza, con mucha logística, mucha preparación. Ceo que en esa parte mi experiencia participando en campeonatos del mundo, nivel auto, nivel logístico, fue primordial para el equipo y para todos nosotros. Hemos pensado en toda la estrategia día a día y el mantenimiento preventivo que hacíamos en los autos no lo hacía nadie. Ese fue el gran secreto del equipo”, detalla.
Para el piloto de 41 años, esta edición fue la mejor de todas las que ha corrido. “Disfrutar de la gente, de Perú, la fiesta que se vive a nivel nacional… Ha sido un Caminos del Inca sin igual, el más bonito que he corrido en todas las épocas. Mucha gente, muchos inscritos, muy agradable la convivencia con los demás pilotos”, indica.
Nicolás y su copiloto Fernando Mussano no solo tuvieron que lidiar con las complicadas rutas de los Andes. También se les vino una prueba mucho más dura: antes de partir, se enteraron del fallecimiento de Estuardo, uno de sus mejores amigos. “Para mí fue un Caminos del Inca muy duro. El día de la partida, a las 5 y 30 de la mañana, me enteré que falleció uno de mis mejores amigos, que estaba yendo a ver la carrera. Me avisaron 10 minutos antes de partir en la carrera. Hasta el día de hoy es complicadísimo. Fer (su copiloto) y yo éramos muy amigos de él y te juro que no nos podíamos concentrar”, confiesa.
“Nos ayudó todos los días antes de la partida, todos los días se quedaba en el taller con nosotros. El día de la partida se subió a su moto, tuvo un accidente y ya. Todas las etapas han sido duras, no dejaba de pensar en él, fue fuertísimo”, agrega.
Todo puede pasar
Hay muchas ganas de volver, de calentar los motores para las competencias. Nicolás aún conserva el deseo de regresar a las pistas de competencia. “Nos encantaría volver a rallies. De repente a nivel nacional, por los tiempos. Si se puede correr afuera, sería ideal. No hemos pensado eso todavía. Las ganas de correr las tengo, siempre las voy a tener, pero hay que priorizar tiempos, finalmente, y algunos momentos”, comenta.
Nicolás Fuchs sabe que la pandemia no solo complicó a los deportes sino a la economía. Competir también depende mucho de las marcas y tras la coyuntura hay un futuro incierto. “El post pandemia complicó bastante a los deportistas y mucho más a los deportistas que no son masivos. Se congeló un poco el tema de los deportes. Fue una lástima, y aparte como ha venido el país, con altibajos, presidentes y demás, las marcas están a la expectativa de lo que pueda pasar”, comenta.
“En este momento la coyuntura está afectando bastante. Muchas puertas que toco, la gente no quiere, está a la espera de lo que pueda pasar en el país”, resalta.
Papá y empresario
Desde el 2018, Nicolás Fuchs apagó los motores de las competencias para dedicar más tiempo a su familia y su marca de amortiguadores. “Estoy ahora enfocado en ordenar mi taller, mi marca de amortiguadores -by Fuchs-, que ha estado creciendo estos dos meses muy fuerte. Estoy enfocándome en esto y un poco más disfrutando de mis hijas, de mi familia”, cuenta.
Baratec by Fuchs es su marca de amortiguadores. Primero los fabricó para su carro, pero luego se volvió su negocio. “Los fabriqué para mi auto de calle, a la gente les encantó y empecé a venderlos”, detalla entre risas.
La carrera deportiva de Nicolás Fuchs ha sido a base de esfuerzo, disciplina y dedicación. Pero se tenía que hablar cómo es en el rol de papá. “Hay que ser las dos cosas juntas: disciplinado y engreidor. Igual, las dos son mujeres, me derrito por ellas, es difícil (risas)”. Sobre si la familia seguirá creciendo, Nicolás sonríe. “Por el momento está cerrada, pero nunca sabes, Ale, lo que te puede deparar la vida”, indica.
Nicolás Fuchs ha sido el primer y único piloto en lograr un título mundial en autos de producción. Esperemos que regrese a aquellas pistas donde dejó los colores del país en lo más alto.
- “Con Fernando Mussano hay una amistad antes que sea mi copiloto. Es un gran amigo, lo conozco muy bien, tenemos el ritmo que debemos de tener y eso es lo más importante”.
- “Hay que poner un poco más de orden, mano dura en lo que es el automovilismo peruano, en todas las ramas. Hemos crecido en parque motor, todavía no está muy ordenado. Hay que ordenar la casa”.
- 3 veces ganó Caminos del Inca: 2009, 2012 y 2023
- En 2013 fue campeón mundial de autos de producción